Permíteme transportarte a un mundo fascinante donde el pasado se entrelaza con el futuro de una manera completamente única. El Steampunk es un género que despierta la imaginación y la creatividad como ningún otro. Me maravilla la manera en que combina la estética victoriana con la innovación tecnológica impulsada por la energía del vapor.

Imagina caminar por las calles adoquinadas de una ciudad Steampunk, donde las máquinas de engranajes y tuberías de cobre se mezclan armoniosamente con la elegancia de los trajes de época. Las aeronaves de aspecto retro surcan los cielos, impulsadas por motores a vapor que emanan un característico sonido que recuerda a tiempos pasados. Las gafas, los relojes de bolsillo y los accesorios ornamentados son elementos indispensables en el guardarropa de cualquier entusiasta Steampunk.

Una de las cosas que más me cautiva del steampunk es la creatividad que despierta en las personas. Los inventores e ingenieros Steampunk diseñan y construyen máquinas que podrían haber existido en una realidad alternativa, aprovechando los conceptos de la Revolución Industrial y llevándolos a un nivel completamente nuevo. Los artefactos y dispositivos mecánicos son un testimonio del ingenio humano y su capacidad para dar vida a las ideas más extravagantes.

Además, el Steampunk no es solo un estilo visual, sino también un estado mental. Encarna una actitud de exploración, descubrimiento y aventura. Los protagonistas de las historias Steampunk a menudo son valientes exploradores, científicos intrépidos y aventureros audaces que se embarcan en misiones emocionantes que desafían los límites de la tecnología y la imaginación.

El steampunk es el género anacrónico por excelencia. Estas historias nos hablan de mundos parecidos a los nuestros, pero construidos en otras realidades fundamentales, alzados sobre colosos de vapor que invierten la maquinaria que hace funcionar a cualquier sociedad conocida. En resumen, el steampunk nos habla de un pasado que nunca existió, uno en el que muchas mentes brillantes se atrevieron a mirar hacia el futuro.

Sin embargo, para conocer y hablar con propiedad de este género debemos volver a sus orígenes, y remontarnos a uno de sus padres fundadores: un autor que vio el futuro en el siglo XIX, y se encargó de plasmarlo en sus novelas de aventuras imposibles y viajes fantásticos.

La gente de la época victoriana imaginaba todo tipo de tecnología moderna, como submarinos, viajes espaciales y aviones. Sin embargo, sus fantasías eran muy diferentes de cómo se han desarrollado estas tecnologías en la realidad.

El énfasis en el vapor hace referencia a un mundo que podría haber sido construido completamente con energía de vapor. Esta idea de reimaginar el presente o el futuro como lo habrían hecho los victorianos, a menudo con una mentalidad distópica, es la base del steampunk.

El término «Steampunk» fue acuñado por primera vez en 1987 por el autor Kevin Jeter como una referencia al término entonces predominante, cyberpunk. Utilizó el término Steampunk para describir un conjunto de historias de Tim Powers (The Anubis Gates), James Blaylock (Homunculus) y él mismo (Morlock Night), todas ellas ambientadas en la época victoriana con tecnologías especulativas.

Históricamente, el siglo XIX fue testigo del desarrollo de la industrialización a través de la fabricación mecanizada, la urbanización extensiva, las telecomunicaciones, la vida de oficina y el transporte masivo. El steampunk utiliza esta tecnología y estructura existentes para imaginar un siglo XIX aún más avanzado. Completado con maravillas de inspiración victoriana como aviones a vapor y ordenadores mecánicos.